jueves, 21 de octubre de 2010

EL PATOLLI



La palabra "patolli" quiere decir frijoles, específicamente los colorines (frijoles rojos más pequeños). Los colorines o "patolli" cumplieron la función de fichas y le dan el nombre al juego.

El "patolli" es uno de los juegos más antiguos de la América prehispánica. Lo jugaron los teotihuacanos (200 a.C. - 650 d.C), los toltecas (750 - 1000 d.C.), los pobladores de Chizen Itzá (1100 - 1300 d.C. ), los
aztecas (1168 - 1521 d.C.) y todos los pueblos conquistados por éstos.

A la llegada de los españoles el “patolli” se jugaba en México, como consta en códices y escritos de los cronistas. Sabemos por ejemplo, por el Códice Magliabecchi que el “patolli” era un
juego de azar. Aparentemente tenía un aspecto ceremonial y religioso sobre el cual no se ha aclarado el sentido, pero que ha llevado a suponer la presencia de elementos que marcan la coincidencia entre el juego y elementos claves de la cosmogonía azteca: el ciclo del tiempo de los aztecas que se basa en una medida de 52 años, número de casillas del juego; existen cuatro puntos cardinales así como cuatro jugadores sobre un tablero con cuatro extremos.

El Códice Magliabecchi dice: “El dios del patolli era Macuilxóchitl, 'Cinco flor', al cual invocaban los jugadores antes de iniciar una partida. En su
casa, ofrecían incienso y comida a su deidad protectora y a los instrumentos de juego antes de salir a jugar. [...] “El patolli y el ullamaliztli tenían su aspecto azaroso: las fuertes apuestas de jugadores y espectadores; mantas, magueyales, cuentas de oro y piedras preciosas. Había quienes apostaban incluso su persona y si perdían quedaban sometidos a la condición de esclavos hasta pagar la deuda(...).”

Fray Diego Durán describe cómo antes de iniciar el
juego se quemaba incienso o se hacían promesas a los "dados", después de lo cual se sentían completamente seguros de jugar con éxito, especialmente se entiende esta posición cuando pensamos el valor de los objetos que estaban en juego. Mientras jugaban invocaban la ayuda de Macuilxóchitl.

El "patolli" fue prohibido durante la
conquista por considerarse peligroso, idolátrico y pagano. A los jugadores que eran sorprendidos practicándolo, se les quemaba las manos. Ésta es la importancia que el poder cristiano otorgaba a este juego y entretenimiento de origen sagrado con el que los indígenas se identificaban.

El "patolli" se juega sobre un tablero en forma de cruz diagonal, dividida en casillas marcadas de color azul o rojo y con cuatro o cinco frijoles marcados que cumplen las funciones de dado. Como referencia, quizá podamos imaginarnos mejor el tablero, apoyados en la impresión que de él tuvo Alexander Von Humboldt que lo comparó con el del Parchís (o parquesse),
juego de origen hindú.

El
juego es tanto de azar como de estrategia. Para participar, los jugadores ponen sus apuestas. La regla es que ninguno de ellos apueste por encima de sus posiblilidades. El objetivo es ganar los objetos apostados por el contrincante, lo que se logra después de recorrer de principio a fin las 52 casillas colocadas en cruz sobre un petate y de ocupar cada una de ellas con piedras pintadas de colores, las cuales avanzan según el numeral indicado por los frijoles marcados que se tiran en el turno de cada jugador. Aquél que logre atravesar todo el circuito con sus fichas, gana el juego, junto con todos los objetos que haya podido obtener del contrincante. El juego termina con la “muerte” del enemigo y la pérdida de las pertenencias que haya apostado.

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